domingo, 21 de febrero de 2010

Joanna Newsom ; Have One On Me (Drag City-2010)




Joanna Newsom
Have One On Me
Drag City; 2010

El tercer disco de Joanna Newsom venía precedido por un enorme secretismo por parte del sello Drag City, una labor promocional respetada por los medios que tenían una copia del nuevo disco y ninguna filtración en internet en formato descarga directa. Ha valido la pena dicha espera, el nuevo disco de nuestra musa favorita es una auténtica joya, en formato triple además.

Como en el cuento del patito feo, su voz ha crecido desde su sensacional debut, “The Milk-Eyed Mender” con ese componente de voz aniñada, al operístico y complejo “Ys” repleto de majestuosos arreglos de Van Dyke Parks. “Have One On Me”, nos entrega la evolución a un disco menos hermético, tomando un nuevo respiro gracias a la amplia instrumentación empleada en cada uno de los temas y a la madurez de una voz, que se nota, ya, cisne.

Cada uno de sus fragmentos se aleja de la tradicional concepción de composición pop, como ya sucedía en “Ys”. A cada instante, se revela un nuevo detalle, una sutil percusión, coros, vientos, banjo, mandolina, kora,… variedad mantenida durante los tres discos que componen esta nueva vuelta, número pensado más para el formato en vinilo. Toda esta labor, viene respaldada por Ryan Francesconi y Neal Morgan componentes de la Ys Street Band. Y esta es la gran baza del album, una extensión natural de lo que suponía aquel Ep, donde brillaban la magnífica “Colleen” y respiraban nuevos aires canciones de sus dos discos.

Cada uno de los discos contiene momentos sublimes, el piano conduce la apertura y el cierre del disco en las magníficas “Easy” y “Does Not Suffice”, respectivamente. Entre medias, seis canciones en cada uno de los discos con luz propia y una historia escondida entre innumerables referencias a la naturaleza y al amor, donde su voz muestra registros tan variados como la instrumentación imaginada para cada una de sus palabras. Esa minuciosidad resalta tanto momentos meditativos como coloridos. “Good Intentions Paving Company”, es una canción pop imposible e inagotable, con un inicio casi cercano al soul entrelazándose con banjo, acordeón, mandolina, piano, coros y percusiones que aparecen y desaparecen de manera mágica.
Respirar aires de Europa del Este en “Baby Bird” acompañada por la guitarra eléctrica de Francesconi y la batería de Morgan, en algunos momentos recordando a aquel “I Am Trying To Break Your Heart” de Wilco. “You and Me, Bess” con sus trombones y trompetas, supone la versión femenina del “Eureka” de Jim O’Rourke, que se vuelve a encargar de mezclar parte del disco. Mismo hombre, que produjo “Yankee Hotel Foxtrot” ya que lo he mencionado. Las delicadas y enormes “Go Long” , “Autumn” y “Kingfisher”, la cercanía al tremendismo de Laura Nyro o Nina Simone en “Soft As Chalk”,…

Podría detenerme en cada una de las canciones, explicar pequeños detalles que la envuelven, seguir esbozando comparaciones y descifrando pequeños pasajes contenidos en estas dos horas de música encerradas en “Have One On Me”, que cada uno podrá disfrutar a su manera. Aunque siempre ha habido divisiones respecto a los detractores y amantes de Joanna Newsom, este disco se convierte por encima de todo eso en una obra maestra. El disco que todo el mundo debería escuchar, al menos, este año sin remisión a caer enamorado ante sus múltiples encantos. El contenido del disco se podría definir con la frase inicial de “Ribbon Bows”: “There is a spring not far from here”. Ovación y aplausos.