The Dead C. Pocas palabras me producen un escalofrío y placer tan inmenso. Banda seminal como pocas y con sus tres protagonistas cubriendo una obra a nivel individual completamente recomendable. La mejor documentada y con una periodicidad marcada es la de Michael Morley como Gate, cuyo décimo album titulado "The Lavender Head 1.1.1.2-2.1.2.2" para el sello neozelandés Precious Metal sigue siendo una suerte de expediente inclasificado. El valor de estas cuatro largas derivaciones drone que lo forman muestran una inspiración y una capacidad en la manipulación del sonido que me subyuga y pervierte. El inicio con el drone de aires neo jazzys de "The Blurred Tree" de una narrativa oscura conjugando el cataclismo de slowcore de cámara con un drone intenso y repetitivo que casi nos lleva a una versión fantasmagórica de Bohren und Der Club of Gore o Zelienople, las más abatidas estampas de Scott Tuma merodeando por una arboleda a la luz de la luna atiborrado de narcóticos. Calma, tensión y turbadora belleza. La punzada eléctrica aparece en "Gasmask", jugando con la desorientación en la reproducción de los sonidos que se enrevesan y retroceden entre el aspecto áspero del sonido de la guitarra , hasta que se aparta de esa senda y se adentra en una banda sonora de intriga y manipulando los sonidos como una suerte de reconstrucción a lo chopped & screwed mixtape o carácter plunderphonic, se encarga de rematar la jugada con un cambio de timón obsesivo a cada segundo del avance en su minutaje. El disco lo cierra "Hands", otra barrabasada de edición y manipulación sonora que te acerca a una suerte de manipulación de Lopatin como Chuck Person paseándose por el catálogo de Beer on the Rug y sobrevolando la extravagancia noise lo-fi de DJ/PURPLE/IMAGE, Dj- Yo Yo Dieting (Alex Gray y Pat Maherr son iconos personales) hasta enfrentarlo a un final propio de The Caretaker , con ese aire mortecino de salón y al mismo tiempo incluyendo el matiz exótico del "Marble Surf" de James Ferraro. Mención aparte para "Mary & Mars", una recreación de electrónica minimalista de aires coldwave - industrial a lo Hands To, Randy Greiff,etc. que erizarían el pelo a los primeros Hype Williams a Pye Corner Audio e incluso a Andy Stott, hasta derivar en un loop infinito , insistente y glorioso que suena a pura Death of Rave. Este disco es una inmensa obra de arte, aunque mi apreciación obviamente no es demasiado objetiva. Dentro de poco el nuevo album de The Dead C nos esperará como un nuevo zumbido en la medula espinal. Joyaza.
Buscando otra visión, no se desencamina de esta explicación
"This LP-only release marks a drastic turn in direction for New Zealand noise artist Michael Morley. With his Gate solo project and as a member of the group Dead C, he spent the '80s and '90s deconstructing rock music by trying to turn it inside out. After a series of albums in a feedback guitar mode on Table of the Elements, this release is his first foray into abstract breakbeat electronica. At times recalling the '90s Mille Plateaux groups Gas and Techno Animal while at others appearing as a computer-constructed equivalent of the avant rock of his previous work, Lavender Head is an interesting album, full of fuzzy breakbeats and drone textures.
The first two sides recall The Dew Line, the same stark, downer tone. Something I kind of think Gate produces well. This may once have been techno but it's now reduced to a barely functioning pace of massive drones, hazed rhythms, machine noise and tone-burst "beats." Unlikely to get much of a twitch out of the punters at the local club although record two might, especially the fracturing reconstruction of techno on Mary and Mars. This is wonderful, ignoring all the genre boundries that make techno so limited and just kind of messing them all together. The other side starts with woozy backwards samples, they make their own sense as they progress; you'll understand once you listen."
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