El catálogo del sello Domino no deja de sumar referencias de culto para el universo “indie”. Sello donde conviven con Kieran Hebden (Tour Tet) y Dan Snaith (Manitota/ Caribou), este último también canadiense, artistas que sueñan con mutar la electrónica con diversas formas de pop y tanta amistad han ido cuajando durante estos años, hasta llegar a remezclas, producciones en el "Swim" de Caribou,etc
Así fue el debut de este duo de Ontario, “Last Exit” (2004), una certera dosis de pop electrónico, de corte melancólico y nocturno, que acabó siendo uno de los discos más celebrados de su año. Y por supuesto, referencia de culto a añadir a la terna de los Postal Service, Dntel, Notwist, etc. Aunque cada uno con su bagaje.
Llegados al delicado momento del segundo disco, “So This Is Goodbye” se muestra como una secuela más refinada y, como no, otra muestra de sentimiento pop envuelto en el crepitar de beats, clicks y sintetizadores.
Tomando referencias de la Human League, Prefab Sprout, The Blue Nile, Soft Cell o Japan (inevitable pensar en la voz de Greenspan obviando la de Sylvian) y sin olvidar la de Gibbard (Death Cab for Cutie / Postal Service) referencia temporal más cercana.
El disco, se divide al modo clásico de los vinilos. Dos caras. En la primera, están las canciones que pivotan más con el pop y los beats con aroma R&B. Desprendiendo sensualidad en “Double Shadow”, melancolía en “First Time” o “Count Souvenirs” (un guiño a Depeche Mode) y dos gemas de gran peso pop, “The Equaliser”(gran remezcla de Morgan Geist) y el magnífico single de adelanto “In The Morning”, sin olvidarse de un poso house y convirtiéndolo en un magnífico hit de dormitorio “Girl, the night’s not over” y repitiendo “I’d do ya…(in the morning)”
Durante todo el disco, uno de los componentes que más destacan son las pausas, en las que suenan sintetizadores, ecos de voces, alguna guitarra flotante,… que dotan al disco de una dinámica perfecta.
La segunda parte del disco, empieza con la titular “So This is Goodbye” y te envuelve en los neones de la noche, la melancolía y el silencio. Un disco que pivota en los sentimientos de estar fuera de casa, de estar en la carretera, situación en la que se encontraron Greenspan y Didemus, después del recibimiento de su debut. “Like a Child”(tremendisima remezcla posterior de Carl Craig) y “Caught in a Wave” te susurran hasta dejarte flotando, preparándote para “When no One Cares” (guiño a Sinatra) extraordinaria canción pivotando en el ambient, con el mínimo sonido de un piano y la melancólica voz. Por eso la final “FM” supone un sentimiento de el querer volver a casa, al sentimiento de sentirte un turista. Lo cual no deja de recordarme ligeramente a “The District Sleeps Alone Tonite” de los Postal Service.
Y una vez llegados al final, el disco tiene un poder terrible. El replay. Donde cada detalle, se apodera de la escucha. No hay duda, de que este disco supone una nueva victoria para el duo de Ontario. “So This Is Goodbye” fue una magnífica reafirmación para los dos y han seguido creciendo.
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