El tercer disco de John Maus sigue con la épica de pop sintetizado atiborrado de un sentimiento codeínico respaldado por su voz fundida entre ecos y reverberaciones. No se puede considerar al bueno de Maus como un renovador al estilo de Rangers o Gary War. Pero tampoco en la melosidad de Ford & Lopatin. John Maus mueve una bandera clásica justificada por lo infeccioso de sus canciones planteadas como pequeñas maratones donde los bajos conducen al ritmo de "Do the Du" en la inicial "Streetlight", se pone juguetón con sentimiento glam en las ya conocidas "Quatum Leap" o estructurando una especie de himno olímpico en "Believer". El disco pivota por lugares conocidos, pero manteniendo una clase casi de crooner , con perlas como "And The Rain" o la melonsa "Hey Moon", en formato dueto. Consigue serpentear entre lo anacrónico sin llegar a ser petardo, como demuestra en "Keep Pushing On" o "Matter of Fact". Y no se le puede dar más vueltas a un disco que te entretiene en sus escasos treinta minutos de duración y que solo puedes volver una y otra vez a pasar un rato divertido, con su sonido cacharrero y trasnochado. Que no es poco.
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