Raster-Noton ha puesto el piñón fijo hacia el ritmo celebrando su existencia como sello dedicado a la experimentación electrónica más de diez años y abrazar nuevas posibilidades de creación de sonidos a partir de fuentes diversas.Ha llegado el momento de abrazar al ritmo también para David Letellier y explorar aún más el abismo de la bass music. Eso es la declaración de intenciones de "Anthem" que nos suelta para después dejarse inmolar por la muesca techno de Byetone,Sleeparchive o de Sandwell District en "Mojabe", por momentos capaz de balancearse en ligeros pasajes dub en "Odd Sympathy", pero siempre rodeados por el misterio. Colaboraciones vocales, poemas anarquistas,apariciones de Ben Frost,... artillería en busca de conseguir darle el armazón buscado para la ocasión, sin olvidar la cuota ambient idm de "Mirrors" o un final ensimismado en "La Belle". El disco se retroalimenta en sí mismo, pero sin buscar tampoco los excesos ni el epatar con muros de distorsión. Disfruta de su rítmica congelada, autista y submarina para escarbar en una melancolía que le hace avanzar en su discografía, donde pesaba más la representación otoñal del glitch y que encauza por otros derroteros a "Stabil"(2006). Otra suposición es, la necesidad de estos artistas electrónicos , atareados con la matemática misión de indagar en la parte más experimental,de acercarse al club. Lugares donde quizás puedan ganarse el pan y quizás, se asemejen más a su forma de representar la energía mitificada del concierto de rock. Quiera ser así o no, la integridad de estas obras siguen hablando por sí solas. Y dicen grandes cosas.Oro.
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