Supongo que seguiré estos días realizando una serie de actualizaciones en torno a la música brasileña, en parte por la serenidad que transmite esta música en pleno invierno, sirviendo de algún modo de antídoto . En esta ocasión en una clave mucho más barroca dentro de la melancolía propia de Jobim, Dori Caymmi entrega un disco de sabor jazzy y de barroquismo crooner al que le tengo en alta consideración y estima, cercano a Hazleewood, Fred Neil o Tim Buckley en clave brasileña compartiendo ese tono con otro referente como Geraldo Vandré más que a Belchior. Cantando a la vida y a la muerte, cantando al amor en "O Cantador" nos adentramos en un disco dulce pero apesadumbrado, dejándonos balancear en arreglos orquestales en "Minha Doce Namorada", el tono cercano a Milton Nascimento o a Veloso de "Velho Pescador" más que a su padre, el célebre Dorival Caymmi. Hay joyas como "Lenda", donde la comparación con Buckley parece acertada y hasta que se desvanece su voz en "Nosso homem em Três Pontas", alcanzamos un disco ideal para un tarde melancólica y con su compañía, placentera. Esta será una semana astral.
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