El otro día soñé con este clásico de Dr John , The Night Tripper, titulado "Gris-Gris". Creo que es uno de los discos que siempre ha encerrado buena parte de mis fijaciones y atributos deseables para un cantautor. Delirio arrastrado en siete composiciones eternas, espirituales y tóxicas, cercanas y anómalas, primitivas y sensacionales, populares y experimentales,...el equilibrio de una perfección basada en una carretera etílica y ácida donde el pulso se sobrepone a cualquier inopia autocomplaciente. En ese sueño, volvía a revivir unas sensaciones cercanas a las de la primera vez que escuché este disco, la fascinación inmediata, el sentir que se encapsulaban las claves a buscar en otros compositores. Mac Rebennack en su lúcida locura se adentró en la profundidad del pantano de bourbon y nunca más llegó a un punto tan sobresaliente pese a contar con una discografía con momentos estelares y reverenciados. Pero no hay más "Gris-Gris", el hipnotismo del lado salvaje, el impulso terrenal, los sinsabores funk reimaginados por Can. Qué más dan las definiciones y adjetivos que despiertan este disco. Curiosamente, esto de tener sueños donde aparecen discos que han sido iconos personales durante estos años se está volviendo en algo recurrente, el último fue el "Blue Cathedral" de Comets on Fire. Menudas nochecitas, señoras y señores.
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