Cosas sencillas. Placeres cotidianos. Toda esa mierda que siempre se suele apuntar en estos discos de pop de aspecto inocente y desaliñado. Como recién levantado un fin de semana. Es una imagen bastante peligrosa, para salir pitando sin dudarlo. Discos que sudan azúcar, provocan arcadas de gominolas y remiten a todos esos estados de ánimo en los que uno no puede más que llamarse bobo. Como estar con la novia ahogándote en jalea de jazmín. Algo así. Pero misteriosamente, uno se siente en paz al enfrentarse a un disco como "Cross Parths", que recoge diferente material editado previamente por el grupo australiano procedente Melbourne, The Motifs. La lista de discos similares que han sido capaz de hechizarnos en otros momentos y edades sería extensa, pero casualmente esta semana me he reconciliado con el mundo con las viñetas aniñadas y neo-ilustradas de The Motifs entre otros tantos discos de pop que he ido dejando que me acompañasen este verano. Tratando de reencontrar mi versión amable, aunque muchas veces acabe siendo una maniobra en balde.
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