La salida de Dickon Hinchcliffe de Tindersticks fue un auténtico cisma. Desconozco como fue aquella reconversión por parte del grupo, los motivos y si las amistades siguieron intactas o no después de la partida del violinista, que jugaba en cada disco un papel cada vez más definitivo. Buena parte de la magia de Tindersticks recaía en la composición de los arreglos para aquellas canciones inmarchitables que firmaron una trilogía de creciente opulencia en cuanto a sonido y exuberancia en los arreglos.Obviamente acompañado por la figura de Stuart Staples y la compañía implacable de Fraser y Boulter (guitarras y teclados, principalmente), firmaron obras eternas en aquella trilogía, hasta que aquella entidad desapareció tal y como la conocíamos tras un más que notable "Waiting For The Moon" (2003). Los caminos separados que han tomado son de sobra conocidos por parte de Tindersticks, pero la obra de Hinchcliffe creando scores firmados en nombre propio ha ido ganando en peso e interés. Universo que para los seguidores del grupo de Nottingham no es novedoso al encargarse habitualmente de las bandas sonoras de Claire Dennis, una forma en que la directora que ya participó en algunas películas como asistente de dirección de películas de gran calado y con unas excelentes bandas sonoras como "Paris,Texas, "El Cielo Sobre Berlín" o "Down by the Law". Tras la separación los de Staples siguen entregando scores para Claire Dennis, pero Hinchcliffe no se ha quedado quieto precisamente al participar en la banda sonora de la recomendable "Winter's Bone" o como en este caso, la parte de la trilogía que bajo el nombre de "Red Riding" aparecieron en 2009. Películas también muy recomendables para los amantes de géneros como el cine negro, thriller y maldad costumbrista de "Straw Dogs" o "The Wicker Man".
Para el segundo episodio de la trilogía, "Red Riding: IN The Year of Our Lord 1980", pone música a la oscura y confusa trama dirigida por James Marsh (director de la tremenda "Man on Wire" de 2010) que protagonizaba uno de los actores/directores más estimulantes del cine inglés: Paddy Considine. Ambientada en Yorkshire y en el sectarismo del norte encabezado por corruptos representantes policiales y descorazonados empresarios, surge una trama de asesinatos y perversiones que la música de Hinchcliffe se encarga de potenciar hacia una descorazonadora persecución del personaje principal en la que se ve encuelto en confusos sucesos, sabotajes diversos y tensiones con su pasado en la que se cuelan recuerdos infantiles que bajo el título de "Christmas" en la banda sonora, me lleva a "Waiting For The Moon" de Tindersticks y a su corte titular, al cual pertenece su música aunque en esta ocasión la voz baritona de Staples ha desaparecido. Es uno de los pocos momentos de respiro en la banda sonora, que se inunda de tristeza y vacío en cortes como "The Ripper", "The Moors", "Five Men Five Guns" o "Peace at Last", variando la instrumentación a las mismas composiciones para buscar el efecto en pantalla deseado, como aquella monstruosidad creada en "Trouble Every Day". Es una mezcla entre sentirte entre las sacudidas de nocturnidad crooner que solía entregar en Tindersticks y al mismo tiempo, tiene ese toque campestre de Warren Ellis (The Dirty Three) o Richard Skelton. Una reedición a la que le agradezco su música y también, el haber descubierto esta trilogía más que interesante.
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