miércoles, 12 de noviembre de 2008

Kevin Drumm: Imperial Distorsion(Hospital,2008)


Kevin Drumm
“Imperial Distortion”
Hospital; 2008


Es difícil explicar muchas veces nuestra percepción personal de las cosas. Qué es lo que nos hace emocionarnos ante trabajos tan aparentemente parecidos sobre el papel. Incluso a los oídos. Dónde encontramos un sincronismo insospechado ante la obra de un artista y nuestra situación anímica en ese preciso momento. Tal pregunta, una vez formulada, carece de interés, ya que ni lo puedes explicar ni te interesa la explicación una vez encontrada una enorme satisfacción. De eso precisamente, se ha encargado Kevin Drumm en su último trabajo: “Imperial Distortion”.

La estantería particular de estas sonoridades adquiere un nuevo hito. A Donnacha Costello con “Together is the new alone”, a Fennesz , tanto con “Venice” o “Endless Summer”, William Basinski con sus loops de la desintegración, Oren Ambarchi con “Suspensión”,”Grapes form the state” o su última estocada “In the Pendulum’s Embrace”, las frecuencias violentamente descubiertas por Rafael Toral que acaban en “Space”, Keith Fullerton Whitham y Tim Hecker desde un punto más emotivo; pasando por bestias pardas como Keith Rowe o Phil Niblock (“Touch Three” me sigue pareciendo una obra tan descomunal como en el primer día).

A toda esta terna, acabo de añadir este “Imperial Distortion”. Pero no el nombre de Kevin Drumm. Tal vez, sea relativamente novedosa su presencia en la sección más ambiental del género, pero su presencia dentro de estos manipuladores de tormentas de drones ya se hace notar cuando entrega “Sheer Hellish Miasma”(2002), un imponente martillazo en el infierno del ruido. Ese territorio que compartiría con Pita, Carsten Nicolai, Ryoji Ikeda, Merzbow, Jim O’Rourke, Mika Vainio, Wolf Eyes y una gran legión de tronadores sin fronteras. Taloneando a Sunn 0))), también se le ha visto.

Pero ahora, cambiamos de división. Ahora lo que antes parecían sobredosis de ruido, se tornan en calma. Más que una arrolladora presencia, se transmite una vulnerable latencia, suspensión. El éxtasis al final del trayecto, me sigue pareciendo igual en su vertiente devastadora como en la ambiental. Utilizando un símil bélico: “Sheer Hellish Miasma” mostraba como caían todos y cada uno de los contrarios. “Imperial Distortion” es el lugar derruido tras el paso de la violencia.

Es difícil explicar estas cosas. Pero, al fin y al cabo, la recompensa me reafirma en obviarlas.

Discos editados en 2008 que se transforman en cimas personales. Como puede ser el maravilloso “Supreme Ballooon” de Matmos, Janeck Schaefer con “Extended Play” o Lawrence English y “Kiri no oto”, entre otros igualmente reseñables. Pero, ah amig@, cada uno tiene sus tronos.

Y puntillas finales, como al final de este disco, que me hacen recordar que Sleeparchive me sigue poniendo patas pa’rriba con su remezcla del “Plastic Star” de Byetone.

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