miércoles, 12 de noviembre de 2008

Portishead 3





Portishead

Third

Island; 2008


“Silence”, abre el nuevo disco de Portishead con un fragmento en portugués que nos alerta sobre tres reglas. La tercera, “tienes lo que te mereces”. No se si la larga espera del tercer disco de Portishead es lo que nos merecemos, pero pasados once años nos enfrentamos a un nuevo disco.


Previamente a todo esto, ¿quién no recuerda un año sin que se extendiera el rumor de “Portishead entrarán próximamente al estudio de grabación”? Pues, la espera finaliza para los que hubieran seguido teniendo paciencia. ¿Qué nos depara?Pues no precisamente se trata de un cambio radical. Pero hay cambios importantes.


Tras el comentado sampler en portugués comienza el trayecto de cincuenta minutos con “Silence”. Y las percusiones toman protagonismo. Loops de batería motóricos, lejos de los ritmos hip hop, aquellos scratches, del mítico “Dummy”(1994), que te traen a la cabeza desde a Silver Apples, a los ritmos mecánicos del krautrock, a la oscuridad de ritmos industriales. Esta película, toma aires de misterio e intriga. No se puede olvidar, que la música de Portishead tiene mucho que ver con lo cinematográfico. Y de repente, se para todo. Entra Beth Gibbons en la estancia. Y su voz, sigue oliendo a Billie Holiday como siempre.


Todo el disco sigue con el mismo aroma de los Portishead, las atmósferas creadas por Geoff Barrow y Adrian Utley, unas veces sedosos, “Hunter”, otros tribales que añaden dramatismo a la voz de Beth entonando; “I don’t know what I’ve done to deserve you I don’t know what I’ll do without you”. Recordando a sus aventuras con Rustin Man en el inicio de “The Rip”, a la miniatura blues a lo Bessie Smith de “Deep Water”, a las atmósferas de dramatismo que remiten a su segundo album en “Plastic” o “Threads”, esta última pone el broche final a un disco donde Beth Gibbons exclama: “I’m so unsure”.


A todo esto, hay que unirle la magia de tres cortes: como “Machine Gun”, que fácilmente podría ser el reverso tenebroso del “Blue Monday”; “Small”, que con un inicio donde el cello y la voz de Beth Gibbons son protagonistas dan paso a unos teclados, que como los de Broadcast, remiten al cine de los setenta, mientras te derrite susurrándote “If I remember, the night that we met tasted a wine, that I’ll never forget”.


Por último, la pieza más contundente se encuentra en el centro “We Carry On”, una especie de conjura a lo Suicide con Jefferson Airplane inflándose mientras los bombos de batería resuenan alrededor.Portishead se han tomado lo de sacar discos como Scott Walter estas dos últimas décadas. Las sensaciones que me deja, es terminar de cerrar el vértice de lo que de momento es una trilogía. En este caso, esta reinará en unos parajes de pesadilla y perversión psicodélica. ¿Tétrico? Qué va, grande.

No hay comentarios: