Debo reconocer , que esperaba esta segunda entrega de colaboración entre the Black Dog y The Psychick Warriors Of Gaia con el listón muy alto con su primera entrega, quizás demasiado, pero tampoco puedo decir que me haya sabido a poco este disco. No esperaba que fuera a ser tan ambiental, casi penetrando en territorios de Labradford comandados por Pepe Bradock o Terre Thaemlitz. Es un disco ensoñador, pero con la suficiente pizca de maleza y de veneno asomando repentinamente para que no te dejen caer suspendido en un mantra de aburrimiento. No rompe ningún molde ya conocido, pero en su contención y acabado sin fisuras, demuestra una capacidad artesanal difícil de encontrar de manera tan coherente en otros discos de electrónica. Limpito y aseado.
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