El tercer disco de R.E.M en su etapa Warner es un disco del que uno no puede despegarse. Por aquella época el grunge estaba en todas partes y el boom del indie rock en boca de todos los medios independientes. Despùés del éxito comercial absoluto el año anterior de "Out of Time", gracias a hits instalados perpetuamente en la memoria popular como "Shiny Happy People" y la coreada hasta en fiestas de pueblo y pubs de dudosa calaña "Losing My Religion", instalaba en la banda entre el calor popular y dividía a los seguidores de su primera época con discos intimistas tan tremendos como el debut "Murmur" casi una década antes de este "Automatic for the People". El tono sombrío ,reposado y la mirada hacia lo cotidiano de Michael Stipe convertía a este disco en un remanso de calma donde querían instalar una trayectoria que se había disparado y sobreexpuesto en todos los medios de comunicación. Los arreglos de John Paul Jones en la inicial "Drive", la calustrofobia de "Try Not to Breath", la luminosa presencia de "The Sidewinder Sleeps Tonite" o "Man on the Moon" con la influencia de la grabación en Nueva Orleans,la producción impoluta del Scott Litt (el hombre que pasó lejía a Pixies para la grabación de "Doolittle"), la melancolía de "Everybody Hurts" y "Sweetness Follows" coreadas en conciertos de otras giras en estadios de fútbol americano (después del agotamiento de la gira de "Out of Time" se negaron a girar con este disco) y como no el toque de nuevo rock americano de "Monty Got A Raw Deal".Pero es el final del disco el que eleva definitivamente a este disco a otros niveles."Nightswimming" con ese piano casi Randy Newman y la historia de los baños nocturnos en Athens con los amigos, el fin del verano, el comienzo del otoño, las hojas que empiezan a caerse y la vuelta a la rutina después de unos meses de ocio que uno desea infinitos. La puntilla del clarinete endulzando la melodía te abre paso a la estremecedora "Find The River", una lágrima eterna en muchos corazones, con los coros de Mike Mills impactando entre el tono pastoral marcado por Peter Buck y lo sosegado de la canción.
Este disco exprimió a un grupo hasta su punto más dulce y luego "Monster" los empujó hacia un abismo inexplicable y el patrón de este disco ya no lo pudieron repetir en "New Adventures in Hi-Fi" y con la marcha de Bill Berry y una producción más arriesgada intentando acercarse el patrón "OK Computer" de Radiohead (error...) con el disco "Up", que dio nuevo brío a la banda pese a ser uno de los discos más opresivos y paranoicos de la banda que les abrió paso a esta última década donde después de la tremenda "Imitation of Life" entraron en un foso descafeinado del que nunca pudieron levantarse. Hoy en día, parece que Arcade Fire intenta acercarse a ese trono que combina popularidad y underground a partes iguales,pero nada más lejos de la realidad, su épica de pacotilla es una de las peores regresiones en la música actual que casi se me hace vergonzosa pese apreciar en algún momento la emotividad de algunas canciones de "Funeral"."Automatic for the People" sigue siendo un documento infalible.Y "Murmur" a la sombra, sigue pesando en la espalda de unos creadores que nunca volverán a ser lo que eran.Aún así, el agardecimiento más sincero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario